sábado, 30 de enero de 2010

Con el correr del tiempo


Compartir contigo el tiempo,
ha sido sentir su vértigo,
saberlo imparable, incontenible.
Despertar temeroso sabiendo,
que tras la amanecida de la ilusión brillante
asoma, sibilina, una noche en la que todo termine.

La nada es insoportable,
y yo, sin ti, no anhelo ser eterno.

Supiste de la vida y del aliento,
de la pasión que, en oleadas, se pierde mar adentro,
del sabor sin boca,
de un corazón sin pecho,
y de otras tantas cosas que morirán
con el correr del tiempo.