miércoles, 26 de septiembre de 2007

Bicentenario de las Cortes.

Lo cierto es que la Isla ha brillado estos días con los actos programados como celebración de la conmemoración del Bicentenario de las Cortes. Hay que hacer algo para revitalizar la ciudad y ésta fiesta simpática y atrayente que ha venido a sustituir a aquella más antigua del Cerro de los Mártires, parece haber dado con la clave para poder aspirar a ser uno de los acicates más importantes que reactiven nuestro turismo hasta las cotas de rentabilidad que todos deseamos. Por otro lado, también es interesante profundizar en nuestras raíces históricas, pues hacer eso no deja de ser una buena forma de invertir a la larga, por tanto, mi más sincera enhorabuena por la idea y felicitaciones a todos los responsables que la están haciendo posible año tras año.
También es justo destacar la buena gestión y predisposición que ha demostrado una vez más ACOSAFE en la organización de la Feria de la Tapa, actividad paralela al Bicentenario, que sin tener nada que ver con éste, se ha sabido coordinar a la perfección con el programa establecido, sumándose a la fiesta para hacerla más grande si cabe. Pienso que eso ha sido un gran acierto, muy positivo, que demuestra que se está en el camino.
Casi un sobresaliente para la Guardia Salinera, un voluntariado que destila isleñismo por los cuatro costados y que se ha convertido en el alma y en la protagonista indiscutible de la celebración por mérito propios. Desconozco si ésta entidad está subvencionada en parte con fondos municipales, pero el detalle tampoco es relevante, pues muchas de las cosas que se hacen en esta Isla con dinero público, sólo sirven para despilfarrarlo o malgastarlo, pero en este caso, el gasto estaría bien justificado y bien empleado. No obstante, si esta Guardia Salinera se financia con medios propios, elévese ése casi sobresaliente a Matricula de Honor sin lugar a dudas, pues entonces estaríamos hablando de personas tremendamente generosas y entregadas a un pueblo por unos lazos de amor sin igual, ante los que yo me tendría que descubrir inevitablemente.
Ya puestos a felicitar, no debería olvidarme de una de las personas más sobresalientes en San Fernando en los últimos tiempos. Me refiero al Profesor Hernández Lora, quien está realizando una encomiable labor con la Agrupación Musical Municipal, llevándola a cotas insospechadas. Enhorabuena por su trabajo y por la “profesionalidad” de todos sus entusiastas músicos, porque con su dedicación están consiguiendo sonar casi como una banda sinfónica. Para terminar, me van a permitir criticar algunos aspectos de la organización, pero con un sincero afán constructivo. Por ejemplo no me parece bien que se organicen actos a los que sólo se pueda asistir por invitación, tales como el tentadero del viernes, la novillada del Sábado, la corrida Goyesca del lunes, y el Acto Institucional, pues da la sensación de que están organizados para un grupo de gente seleccionada: “¿Los enchufados de siempre?”. No digo que sea así, pues es posible que existiera alguna forma de obtener una entrada, pero yo la desconozco. Ruego, por tanto, que si es posible asistir a estos actos, publiciten convenientemente la manera de poderlo hacer. Si no se puede, y como parece son ciertamente para ésa clase privilegiada de políticos, amigotes de éstos y allegados, que no los incluyan en el programa oficial de los actos públicos, ni los organicen ni publiciten con dinero del consistorio. Nada más.

martes, 18 de septiembre de 2007

Contradicciones Políticas

Cuando nos referimos al ámbito local, no hablamos de políticas de izquierdas ni de derechas. La política local, la que se ejercita y se desarrolla en nuestro ayuntamiento, es una política lineal y directa, que se fundamenta principalmente en la gestión de los recursos y en la atención de las necesidades propias de la localidad. Es esto precisamente a lo que se resume el gobierno, que se desarrolla casi siempre al margen de parámetros ideológicos.
Los ideales políticos no son lo más importante en este contexto, pues lo que el ciudadano procura al ejercer su derecho al voto, es capacitar a personas que considera eficaces, capaces de solventar sus problemas.
Si se tiene esto en cuenta, hay que reconocer forzosamente que el urbanismo ocupa el papel más relevante en la definición de política local, tanto es así que, con independencia del color de la ideología del partido o partidos que gobiernen, éstos serán definidos por el urbanismo que practiquen.
El urbanismo, en absoluto debería ser una ciencia de dominio técnico al alcance solamente de los especialistas, sino la expresión más útil y lógica de la gestión de los gobernantes para satisfacer la mayoría de las necesidades del pueblo, teniendo en cuenta que éstas son principalmente estructurales. Personalmente considero que tampoco debería entenderse el urbanismo como una mera cuestión arquitectónica o constructiva, ya que como digo, es la acción fundamental del gobierno local.
A tenor de esto, si son los políticos los máximos responsables del urbanismo en las ciudades que gobiernan, y al mismo tiempo es su más importante responsabilidad, todos estaremos de acuerdo en reconocer que el ciudadano se inclinará por uno u otro político en función del diseño urbanístico que ofrezca en sus programas.
A los ciudadanos de a pie nos importa poco la ideología política de los partidos que votamos en las elecciones locales. Ésa es la pura verdad. A la mayoría de los ciudadanos, lo que nos importa es la medida en que nos satisfacen nuestros políticos y responden a lo que les exigimos y esperamos de ellos. Quizás sea por esto, por lo que nos sentimos tan desconcertados y defraudados, porque en las pasadas elecciones municipales se sopesó principalmente la política urbanística que el Partido Andalucista estuvo defendiendo a lo largo de su anterior legislatura y la mayoría optó por una alternativa diferente en busca de un cambio. El cambio finalmente se ha producido mediante un pacto, pero lamentablemente sólo con la intención de mantener el poder y a cualquier precio, sin mirar realmente los intereses de los ciudadanos.
Yo no comprendo qué clase de gobierno local tenemos en base a que es el urbanismo lo que lo conceptúa principalmente. ¿Acaso lo verdaderamente importante es mantenerse en la poltrona sea como sea? ¿Un gobierno que se vende puede ofrecer garantías serias para que le confiemos el diseño de la ciudad que queremos, o acaso ha renunciado a esto porque ha sido este el precio que ha tenido que pagar precisamente? ¿Qué pasa con el proyecto de las torres de la Casería? ¿Ahora no es interesante crecer en altura y antes sí? ¿Reconocen ahora que todos los que protestamos contra el PEPRICH teníamos razón? ¿Y el PP? ¿Qué nos tiene que decir a los ciudadanos respecto del tranvía? ¿Ya no es ilícito partir la ciudad en dos? ¿Cómo se puede mirar a la cara de los ciudadanos sabiendo que se han convertido en los cómplices de aquellos a los que tanto criticaron y a quienes antaño quisieron incluso enjuiciar?

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Así es la Isla.

Sales a la calle cualquier día de estos para comprar, por ejemplo, un alargador para el teléfono porque resulta que a tu mujer se le ha metido este fin de semana cambiar de sitio todos los muebles del salón y ahora te queda corto.
¿Adónde vas? En la Isla, a San Rafael, Rosario y Real. No hay mucho más. Son las cinco de la tarde, hora taurina, y la más apropiada para el humor de perros que se te va agravando en la medida que te vas dando cuenta de que en este pueblo, a esa hora, todos los establecimientos están cerrados. Compruébenlo, así es.
Ya no digamos si, para colmo, estamos en el mes de agosto. En una tarde de agosto ni se le ocurra salir para comprar algo, no ya a las 5, ni a las 6, ni a las 7. En agosto, en la Isla, no abren ni las iglesias. Si es en el mes de agosto, le aconsejo que directamente se vaya a Camposoto, a la Playa del Castillo y se pegue un baño. Por lo menos aprovechará el tiempo.
Así es la Isla, eso es lo que somos en la actualidad: una ciudad que se muere en su propia arrogancia, que se jacta de ser el centro de la bahía por importancia industrial e histórica, y que no es capaz de enterarse, de una puñetera vez, de que los ratones nos han entrado hasta la cocina. ¡Que no! ¡Que ya nos somos ni la sombra de lo que fuimos!
Luego te pones a oír la radio, o a leer la prensa, y te das de bruces con los que tenemos un humor acerado y mordaz, esos que presumimos constantemente de tener muchísimo ingenio y somos capaces de solventar cualquier problema con tremenda rapidez. Torerillos de barrera que jamás hemos pisado el ruedo de la política, a la que tanto criticamos y de la que culpamos de todo, aunque en verdad no tengamos ni idea de lo que hablamos, señalando al político de turno que ha metido la pata. En este caso tendrías que buscar al delegado de tiendas abiertas, o al de control de stocajes de los almacenes, para culparlo de no poder encontrar el maldito cable que te hace falta, y al tiempo hacerle un traje a medida, o sea, ponerlo vestido de limpio por su inoperancia y su ineficacia, pero resulta que no hay delegado que valga para esto de que las tiendas tengan un horario más flexible y una oferta más amplia. Te preguntas en este caso ¿a quien hay que quejarse? ¿De la madre de quien te acuerdas por estar todas las tiendas cerradas y en la única que has encontrado abierta no tengan lo que buscas?
Criticar a los políticos es lo fácil. Reconozco que muchas veces caemos en ello a sabiendas de que no son realmente los responsables de todo lo que ocurre, pero a pesar de ello lo hacemos porque viste mucho eso de enfrentarse a los que mandan.
No diré que no haya quien se merezca enviarlo de patitas a su casa, que los hay, incluso a otros lugares muchísimo más escatológicos, pero ellos no son los responsables de que la Isla, ésa Isla de antaño que todos recordamos, se esté convirtiendo inexorablemente en lo que han venido a llamar, la neo “Bahía Sur”, una pedanía, quizás un barrio de Cádiz, a la que no le tose ni Dios.
La culpa de que la Isla esté como está, es de los cañaíllas en general, y de ésta maldita mentalidad de funcionarios que aún tenemos. Aquí todos aspiramos a comer de la olla grande, hasta los comerciantes, que se han acostumbrado a vender sota, caballo y rey, y se han olvidado de detallar como hacen los buenos vendedores. Por eso se está convirtiendo la Isla en una ciudad dormitorio, que en verdad es más de lo que nos merecemos.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

¿Y ahora qué?

Es falaz la actitud de buena parte de la administración de este país. Prueba de ello, el pobre inmigrante de origen rumano que se tuvo que prender fuego frente a la Subdelegación del Gobierno de Castellón, en presencia de su familia, mujer y dos hijos, para reclamar una ayuda económica, a modo de préstamo, que le permitiera regresar a su casa. Es increíble que sólo ante hechos abruptos como este, se reactiven las conciencias dormidas de quienes pueden hacer algo, y se muevan a favor de la gente.
Estamos siendo testigos, una y otra vez, de que siempre, siempre, siempre, por poco que nos esforcemos, se puede hacer algo más, de hecho, el problema de este inmigrante, en vista a los hechos, se ha solventado sobre la marcha, y cuando antes le negaban 400 míseros euros para poder regresar, ahora lo atienden en uno de los mejores hospitales de España a cuerpo de rey, aunque para ello se haya tenido que quemar el 70% de su cuerpo, y a su familia se la ha hospedado en un centro de acogida cercano al hospital, para que puedan visitarlo, y le están prestando asistencia psicológica. Me pregunto ¿era necesario hacer esto para que le prestaran un poco de atención? ¿Es justo esto? ¿Por qué de un momento a otro son capaces de montar todo este espectáculo mediático mostrando al mundo entero su eficacia y lo rápido que actúan ante las tragedias, cuando lo que verdaderamente pretenden es publicitarse como gobernantes, exhibiendo lamentablemente una falsa humanidad? Si hubieran hecho bien su trabajo desde el principio, este hombre no habría llegado a tal extremo, y lo que hubiera supuesto en principio una mísera ayuda de 400 €., no se habría convertido en la cifra millonaria que ahora costará este suceso al Estado. ¿Quién se hace responsable de todo ése dinero despilfarrado que ahora se tendrá que pagar en atenciones medico sanitarias y en indemnizaciones? ¿Por qué no se puede obligar a dimitir a los políticos o despedir a los funcionarios responsables de esto, que han dejado más que patente su incompetencia?
La verdad es que hay veces que los hechos rayan lo insólito, para vergüenza de muchos. Lo justo sería indagar sobre quien o quienes fueron los responsables de solventar estas situaciones y atajarla al principio, para evitar que terminara en la tragedia en la que ha desembocado. Habría que buscar a quien o quienes no supieron ver las muestras de desesperación de este hombre, y hacerles pagar por ello, porque alguien que se hace el sordo ante los problemas de los demás, más aun de un indigente, no es digno de trabajar en la Policía, en Asuntos Sociales, o en la Cruz Roja, entidades que en este caso quedan en entredicho por estar en manos de personas sin escrúpulos que no saben realizar su trabajo como debieran, o no quieren hacerlo. Seguro que a estos no se les va a olvidar extender la mano para trincar su paga a final de mes. Un jornal que no se merecen, porque no se lo han ganado con honradez. Díganme: ¿Es necesario que se tenga que matar un trabajador para que en una obra cualquiera se empiece a utilizar los medios de seguridad obligatorios? ¿Dónde están los inspectores que aparecen tras la muerte y nunca antes? ¿Es necesario que tenga que morir un futbolista en el terreno de juego para que nos demos cuenta, de una puñetera vez, de que el fútbol es sólo un deporte y nada más? ¿Es necesario que las empresas tengan que cerrar y dejar en el desempleo a miles de trabajadores para que el gobierno se preocupe de reactivar la economía de una determinada zona? ¿Por qué siempre, siempre, siempre, se espera que sucedan las tragedias para adoptar medidas? ¿Por qué no nos podemos adelantar alguna vez y presumir de ser competentes sin tener que lamentarnos? Desde luego el hombre es el animal que siempre, siempre, siempre, tropieza con la misma piedra. El único bicho de la creación que no aprende, por más inteligente que sea. Nuestro egoísmo es superior a nuestra inteligencia. Es obvio.

Es falaz la actitud de buena parte de la administración de este país. Prueba de ello el pobre inmigrante de origen rumano que se tuvo que prender fuego frente a la Subdelegación del Gobierno de Castellón, en presencia de su familia, mujer y dos hijos, para reclamar una ayuda económica, a modo de préstamo, que le permitiera regresar a su casa. Es increíble que sólo ante hechos abruptos como este, se reactiven las conciencias dormidas de quienes pueden hacer algo, y se muevan a favor de la gente.
Estamos siendo testigos, una y otra vez, de que siempre, siempre, siempre, a poco que queramos, se puede hacer algo más, de hecho, el problema de este inmigrante, en vista a los hechos, se ha solventado sobre la marcha, y cuando antes le negaban 400 míseros euros para poder regresar, ahora lo atienden en uno de los mejores hospitales de España a cuerpo de rey, aunque para ello se haya tenido que quemar el 70% de su cuerpo, y a su familia se la ha hospedado en un centro de acogida cercano al hospital, para que puedan visitarlo, y le están prestando asistencia sicológica. Me pregunto ¿era necesario hacer esto para que le prestaran un poco de atención? ¿Es justo esto? ¿Por qué de un momento a otro son capaces de montar todo este espectáculo mediático mostrando al mundo entero su eficacia y lo rápido que actúan ante las tragedias, cuando lo que verdaderamente pretenden es publicitarse como gobernantes, exhibiendo lamentablemente una falsa humanidad? Si hubieran hecho bien su trabajo desde el principio, este hombre no habría llegado a tal extremo, y lo que hubiera supuesto en principio una mísera ayuda de 400 €., no se habría convertido en la cifra millonaria que ahora costará este suceso al estado. ¿Quién se hace responsable de todo ése dinero despilfarrado que ahora se tendrá que pagar en atenciones medico sanitarias y en indemnizaciones? ¿Por qué no se puede obligar a dimitir a los políticos o despedir a los funcionarios responsables de esto, que han dejado más que patente su incompetencia?
La verdad es que hay veces que los hechos rayan lo insólito, para vergüenza de muchos. Lo justo sería indagar sobre quien o quienes fueron los responsables de solventar estas situaciones y atajarla al principio, para evitar que terminara en la tragedia en la que ha desembocado. Habría que buscar a quien o quienes no supieron ver las muestras de desesperación de este hombre, y hacerles pagar por ello, porque alguien que se hace el sordo ante los problemas de los demás, más aun de un indigente, no es digno de trabajar en la policía, en Asuntos Sociales, o en la Cruz Roja, entidades que en este caso quedan en entredicho por estar en manos de personas sin escrúpulos que no saben realizar su trabajo como debieran, o no quieren hacerlo. Seguro que estos no se les va a olvidar extender la mano para trincar su paga a final de mes. Un jornal que no se merecen, porque no se lo han ganado con honradez.
Díganme: ¿Es necesario que se tenga que matar un trabajador para que en una obra cualquiera se empiece a utilizar los medios de seguridad obligatorios? ¿Dónde están los inspectores que aparecen tras la muerte y nunca antes? ¿Es necesario que tenga que morir un futbolista en el terreno de juego para que nos demos cuenta, de una puñetera vez, de que el fútbol es sólo un deporte y nada más? ¿Es necesario que las empresas tengan que cerrar y dejar en el desempleo a miles de trabajadores para que el gobierno se preocupe de reactivar la economía de una determinada zona? ¿Por qué siempre, siempre, siempre, se espera que sucedan las tragedias para adoptar medidas? ¿Por qué no nos podemos adelantar alguna vez y presumir de ser competentes sin tener que lamentarnos? Desde luego el hombre es el animal que siempre, siempre, siempre, tropieza con la misma piedra. El único bicho de la creación que no aprende, por más inteligente que sea. Nuestro egoísmo es superior a nuestra inteligencia. Es obvio.