miércoles, 24 de junio de 2009

Anacrónico analfabetismo religioso.

Contaba Josep-Ignasi Saranyana, Profesor de Teología en la Universidad de Navarra, que había visto un documental de Al Pacino titulado Looking for Richard, que recrea el Ricardo III de Shakespeare, indagando por qué la juventud americana pasa por completo de este autor clásico tan relevante para la cultura anglicana.
Los jóvenes entrevistados en dicho documental consideraban que ése drama es complicado, lento, engolado y sin sentido. Era curioso comprobar cómo esa obra del dramaturgo inglés ya no le decía absolutamente nada, y menos todavía la tragedia de la Casa de York. Obviamente estaba fallando el puente entre el siglo XVI y el XXI y, por ello, Shakespeare les atrae menos que, por ejemplo, la extinción del lince ibérico.
En este mismo sentido, por analogía, Pacino ofrecía pistas para comprender por qué es imposible que la historia de Moisés, o del Rey David interesen a alguien, si se extinguen las convicciones religiosas, porque sin ellas, ¿qué les puede importar a los jóvenes Abrahán, Isaac, Jacob y otros beduinos del próximo oriente, que vivieron hace tres mil años y pico? Lo lógico es que si descafeinamos de su sentido religioso a todos estos personajes bíblicos, no podrán ser entendidos, ni serán divertidos, ni interesantes para nadie. Una cultura cristiana sin cristianismo es una utopía. Es algo imposible de entender, por su propio sin sentido y, por tanto, se puede afirmar que acecha la deshumanización que tanto se teme desde posiciones más laicistas de la humanidad, tesis que también mantiene Reyes Mate, al denunciar en El Periódico que la juventud española padece "un anacrónico analfabetismo religioso" y que le preocupa no "tanto la descristianización del país, sino la deshumanización de las nuevas generaciones"
De pequeño me inculcaron, no sé si acertadamente, que los extremos nunca son buenos, que los radicalismos no suelen llevarnos a ninguna parte deseable, y que la virtud se encuentra siempre en el centro. Me consta que habrá quien discrepe con esta manera de percibir el mundo, pero en una sociedad libre como la nuestra, es una visión tan válida como cualquier otra. Por ello coincido, sin que sirva de precedente, con Reyes Matute, puesto que estoy convencido de que aplicar una política laica tan intransigente devaluará los valores humanos que tanto deberíamos cuidar .
Es innegable, queramos reconocerlo o no, que los planteamientos laicistas se encuentran en este punto, como en tantos otros, ante un dilema. Creo que la cuestión radica fundamentalmente en saber si puede el fenómeno religioso prescindir de su matriz mística y transformarse en un puro fenómeno cultural. Si fuera posible, cosa poco probable, habría que preguntarse si esto interesa a las nuevas generaciones. La respuesta más loable a ambas cuestiones es que no. No es posible separar del sentimiento religioso su matriz, para convertir la fe en cultura. No obstante, si se pudiera hacer tal cosa, estoy seguro de que la Biblia perdería gran parte de su valor y se convertiría en un libro de historia como tantos otros, incapaz de atraer a los jóvenes, quienes probablemente ni siquiera sabrían de su existencia, algo muy lamentable. Es como si se quisiera entender a Don Quijote, descargándolo de toda su importancia literaria. ¿Quién es Don Quijote al margen de la literatura? Sin literatura Don Quijote ni siquiera habría existido. Es sólo desde la literatura, analizado y comprendido como un personaje de la célebre novela de Cervantes, cuando Don Quijote alcanza toda su dimensión y trascendencia. ¿No están de acuerdo?

lunes, 22 de junio de 2009

La verdad nos hará libre.



Contaba Saramago en uno de sus interesantísimos artículos de opinión que le había contado una amiga suya, la pintora Sofía Gandarias, que hace algunos años, durante una visita a Sri Lanka, antiguo Ceilán, se sorprendió al encontrar en las calles a grupos de niños vestidos con túnicas negras, una visión tan extraña que cautivo su curiosidad, pues nunca había visto a niños con aquellos atuendos, así que comenzó a preguntar, creyendo al principio que se trataba de una señal distintiva de alguna casta o etnia particular, aunque nunca había visto a ningún adulto con indumentarias parecidas. De pregunta en pregunta, indagando, terminó enterándose de quienes eran esos niños. Sus familias los habían entregado a la jihad, o sea, al islamismo violento, para que militasen en dicha organización y se convirtieran en el futuro en mártires de la revolución islamista. Aquellos niños de negros estaban destinados a terminar algún día con un chaleco cargado de bombas, auto inmolándose para explosionar algún mercado concurrido, una discoteca atiborrada, una estación de autobuses masificada, o cualquier otro lugar donde se pudiera matar a seres humanos de forma masiva.
No lo decía Saramago ni Sofía, pero supongo que la visión de aquellos pequeños mártires, condenados al sacrificio, debía poner los pelos de punta de cualquier persona de bien. A mí, al menos, me da escalofríos de sólo pensarlo.
Ignoraba el premio Nóbel si a esos padres y esas madres les habrían pagado con algún tipo de compensación material o si todo acababa con la promesa fácil de una entrada inmediata en el paraíso de Alá. Tampoco sabía si aquellos niños de túnica negra todavía estarían a la espera de que les llegara su hora o si ya no pertenecían a este mundo. No sabía nada, ni quería saberlo. Decía que ante aquella brutalidad sólo podía callarse, y no porque le faltaran las palabras, sino porque esas cosas le repugnaban.
Le entiendo perfectamente, porque a mi también me repugna que estas cosas ocurran en el mundo. No comprendo como puede existir alguien que hable en el nombre de Dios con el único fin de aprovecharse de la ignorancia y la incultura de la pobre gente cuya única esperanza se basa esencialmente en la fe que tienen, una fe casi siempre ferviente y sin condiciones, una fe que es su mayor patrimonio.
Tener fe no es el problema. El problema radica exclusivamente en la incapacidad de juicio que tiene esa gente por su falta de cultura. El hombre inculto limita su horizonte y es fácilmente manipulable. El hombre que no tiene capacidad crítica es un hombre esclavizado por la mentira, un hombre engañado y, por lo general, un hombre equivocado, como lo están esos niños y sus padres. No digo que todos los islámicos sean incultos, ni violentos. Tampoco critico en absoluto la fe que le profesen a Alá, por ferviente que esta pueda ser, pues no se trata de una cuestión de cantidad, sino de calidad de la fe, pues estoy convencido que una fe cimentada junto al conocimiento y a la cultura conduce más acertadamente a una idea correcta de Dios: Dios es siempre amor, en la medida que es padre, por tanto, todo cuanto contradiga esta idea es simplemente falso. Jamás Dios habló al hombre por medio de la gente poderosa o prominente. Jamás Dios habló al hombre para enviarlo a causas violentas o injustas. Jamás Dios dijo nunca, se trate de Alá, de Yavé, o de Abbá, que las puertas del paraíso se abren con la masacre, la barbarie ni la muerte.

lunes, 15 de junio de 2009

DE LO QUE NO CESA

Sanguinarias puñaladas frías
pega la ola a la piedra.
Sanguinarias puñaladas frías,
y esta ni grita, ni se queja.

Sanguinarias puñaladas frías,
una tras otra,
y la piedra,
no grita, no se queja y sigue quieta.

Sanguinarias puñaladas frías,
del agua hecha punzón y rabia abierta,
sobre la piedra paciente
que no grita, ni se queja.

Dice la piedra a la mar:
-¿ Por qué te ensañas conmigo?-

Dice la mar a la piedra:
-Porque matarte yo quiero.

Dice la piedra a la mar:
-Pues matarme no podrás, porque yo ya estoy muerta.

viernes, 12 de junio de 2009

El PA no respeta la Ley de Protección de Datos.

El PA de San Fernando se desacredita a si mismo con el envió masivo que está haciendo de la llamada “lista negra” a los medios de comunicación, (periódicos escritos, radio y televisión local) así como a todas las asociaciones vecinales, culturales, religiosas y de toda índole existentes en esta ciudad, además de potenciar su envío masivo por mail a ciudadanos particulares, colegios, negocios, empresas, etc., facilitando los datos personales de ciertos ciudadanos y su ideología política, queriéndolos desacreditar ante la opinión publica, como venganza por haber participado libremente en una plataforma de protesta por el robo perpetrado en la caja municipal de nuestro Ayuntamiento de más 7.8 millones de Euros, para exigir que tanto el Sr. Alcalde, curiosamente la misma persona que ejerce el cargo de Secretario General del PA de San Fernando, como la Delegada de Hacienda, asumieran su responsabilidad política y dimitieran de sus cargos al no haber actuado con la diligencia que se le presume a los responsables de la gestión pública.
Hacer esto es un gravísimo atropello de los derechos que se reconocen en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, por lo que se puede acusar a este partido y a su Secretario General de estar presuntamente delinquiendo de forma consciente, de no respetar los más fundamentales derechos constitucionales por atentar contra el apartado 2 del Artículo 16 de nuestra Constitución, y de estar practicando una política arcaica que me recuerda tiempos pasados de represión y dictadura.
En la entrada de la Casa del Pueblo, se expone una fotografía en blanco y negro que fue empleada por el régimen franquista para identificar a los sindicalistas y políticos que participaron en una determinada manifestación. Se exhibe allí como homenaje a la memoria de los que fueron fusilados en aras de la libertad, pues todas las personas que formaban parte de aquella fotografía fueron vilmente asesinadas. Esto que esta haciendo el PA me recuerda mucho aquello que hizo Franco. Me pregunto, a tenor de los hechos, ¿donde habrán aprendido estos a hacer política?, pues dudo mucho que tengan como referente, según dicen, a Blas Infante, un andaluz ejemplar que, de seguir vivo, se avergonzaría de todos ellos y del mal uso que hacen de su nombre.
No obstante, me gustaría decir a los afectados, a aquellos que están, al igual que yo, siendo víctimas de la intolerancia del gobierno municipal, que no se dejen intimidar, que se sigan expresando con libertad, un derecho constitucional que no debemos permitir que nadie nos robe ni limite. Quiero que sepan que la misma Ley regula en su Artículo 37, que son funciones propias de la Agencia Española de Protección de Datos atender las peticiones y reclamaciones formuladas por las personas afectadas, y ejercer la potestad sancionadora en los términos previstos en su Título VII. Por tanto animo a todos los afectados a que denuncien al PA y a su Secretario General, pues aquellos que, como consecuencia del incumplimiento de lo dispuesto en la Ley, sufran daño o lesión en sus bienes o derechos, como ocurre con las pintadas en las fachadas o el propio envío de la carta, pueden tener derecho a ser indemnizados. Por último me pregunto si serán los que actúan de esta forma tan intimidatoria, los más idóneos para presidir una celebración en la que se conmemora la gran fiesta de la libertad. Me refiero, obviamente, a los actos programados para el 2010.

domingo, 7 de junio de 2009

La Social Democracia

Cansado de tanta mediocridad, desengañado y aburrido al ver la poca vergüenza que tienen algunos políticos locales, que en vez de asumir las responsabilidades que tienen en todo lo que está pasando en San Fernando, se perpetúan en sus cargos y se resisten a dimitir, no me queda otra que pasar de ellos y escribir sobre algo más interesante, y por supuesto, más limpio, esperando que sea la justicia la que ponga, de una vez por todas, las cosas en su sitio.
No sé si lo habrán pensado alguna vez, pero si analizamos el momento político mundial en que vivimos, llegaremos a la conclusión de que hoy todos somos socialdemócratas.
La socialdemocracia es la única forma posible de organizar correctamente nuestras sociedades, siendo aplicada incluso por aquellos partidos que se autodefinen como liberales o conservadores. Partidos en los que el hombre, como individuo, es la esencia de la organización social, continuando con la línea iniciada por la Revolución francesa y por la Ilustración del siglo XVIII, donde se afirmaba que no hay más dios que el propio hombre y que este debe desencadenarse de todo pensamiento que le vincule a lo trascendente, buscando en su sustancia el sentido total de su propia existencia. El hombre por el hombre, un concepto tan manido, como arcaico, egoísta e inservible.
¡Piénsenlo!, hoy vivimos en una nueva era, (New age), compuesta por un amplio movimiento cultural, una nueva ideología donde los conceptos políticos básicos se han mezclado, surgiendo la denominada ideología del relativismo. Hoy el hombre juega entre su propio individualismo, que sustituye a Dios, y un concepto ineludible de colectivismo que sustituye a la razón.
Hablamos de una nueva filosofía o una antropología total, en la que se enfrentan el absolutismo del hombre al relativismo de todo lo demás. Por un lado respondemos al mito de Prometeo, en el que el hombre roba el fuego a los dioses, pero al mismo tiempo asimilamos a Sísifo, que no consigue nunca llegar a la meta, iniciando cada día un nuevo y absurdo camino hacia lo imposible.
El hombre como tal no puede afrontar los retos que plantean las sociedades modernas, no puede hacer frente a los nuevos problemas y es necesario asumir determinadas estrategias de asociación, de agrupamiento, en los que el intervencionismo del Estado cumple un papel fundamental.
El Estado, como extrapolación del hombre, es la suma de todos los individuos, y por tanto es quien debe ejercer en las sociedades modernas el poder mediador y regulador, desarrollando su función legislativa y ejecutiva.
Este relativismo que mezcla los antiguos conceptos de liberalismo y socialismo, y que se forja en un proceso contradictorio en el que por una parte se eleva el individualismo y por otra se exalta el colectivismo, tiene su propio manual, un libro esencial salido de la respetable pluma de Marilyn Ferguson titulado La Conspiración de Acuario, donde se regulan los parámetros de la nueva sociedad.
El hombre como individuo que desarrolla su humanidad en una colectividad, acepta las reglas establecidas por un poder superior, un poder que regula, un poder que interviene y protege, un poder que une a todos. Concepto moderno de sociedad que suplanta, como una consecuencia, la idea tradicional de Dios. Es lo que conocemos como Estado Laico, donde se mezcla lo individual y lo colectivo.

jueves, 4 de junio de 2009

Sensación en un instante


Es el sonido de las gotas de agua
que se precipitan a un estanque.

El crujir de una rama minúscula
que se quiebra en el aire.

El olor de las hojas verdes de los árboles,
tiritando de miedo en la mañana
por desprenderse del rocío.

El vuelo elegante de las aves
que se alejan sin mirar nunca hacia atrás.

Un tren parado en el andén,
sin despedidas, ni lágrimas,
un tren vacío que no va a ninguna parte.

Es como el invierno,
intensamente frío.

Como la mar cada noche,
terriblemente infinita,
eternamente negra.

Una mirada furtiva,
escapada de unos ojos
que imploran pecar.

Es como el cadáver que por fin descansa,
un muerto que se ríe por encontrar la paz.

Es como el llanto de un niño perdido,
un ser pequeño y desprotegido.

Como su miedo,
espeso, compacto, firme.
Es una sensación en un instante.