lunes, 27 de junio de 2011

Utopía

Te observo, mirando desde lejos,
el regodeo que te traes
con tu mensaje utópico.

Palabra imposibles
arrojadas a la cara
de gente avergonzada
que cargan con el peso de la realidad
que no te gusta.

No pueden hacer más, ellos no pueden.

Piensa que es fácil predicar sin dar ejemplo,
regalando la luna, las estrellas y todo el firmamento.

El mundo en que me muevo
carece de quimeras.

Te miro, te observo,
te oigo predicar la buena nueva,
y debo recordarte,
a ti, querido amigo,
que no es tiempo de soñar. Hay que vivir.

Ven a mi lado y préstame tus manos.
Ven junto a mí y soporta la responsabilidad
de quien observa, de quien mira, involucrándose
para cambiar las cosas,
porque este mundo,
lo quieras ver o no,
no sólo es un lugar para que vuelen los pájaros.