jueves, 26 de febrero de 2009

Plan de tráfico inexistente en San Fernando


Tras consultar, ya que me he informado de antemano que es legal y posible lo que han hecho, para que nadie piense que voy a criticar a lo loco, opino que no deja de ser una mala idea y algo verdaderamente ilógico e improvisado.
Me refiero al soterramiento del contenedor de basura que han colocado justo en el cruce de la calle Santa Lucia con Gravina, exactamente en un lugar incorrecto donde no cabe, por lo que han tenido que cortar el tráfico de dicha calle de forma indefinida. Y eso ha sido, a todas luces, una solución tajante e improvisada, pues los dos pivotes de hierro fundido que ahora impiden el tráfico por Santa Lucia, al principio se instalaron de otra manera, para que aun protegiendo los contenedores, permitieran el paso de vehículos. Eso originó varios accidentes. Más de uno ha dejado allí la defensa del coche, y los pivotes se han roto en más de una ocasión. (Visto por mis propios ojos).
Cuando han reparado en que la colocación de aquel contenedor y el legítimo derecho al trafico que se tenía en aquella calle eran incompatibles, deciden impedir la circulación cambiando de posición los pivotes. Creo que con esto se demuestra que aquella iniciativa estaba mal pensada y que este Ayuntamiento, como siempre, improvisa sin tener en cuenta los intereses de los ciudadanos.
Yo me pregunto: ¿No habría sido más lógico haber quitado de aquella esquina el contenedor soterrado? Más teniendo en cuenta que muy cerca del lugar, existen otros dos, como son la esquina de Gravina con Churruca y Calatrava. No obstante, si el emplazamiento es ineludible para que el ciudadano no tenga que andar más de treinta metros para tirar la basura, ¿no habría sido más lógico instalar este contenedor en la propia calle Gravina? Ya sé, me los estoy imaginando: ¿Pero qué dice este desinformado conjeturando sin tener el conocimiento necesario para regular el tráfico? Pues ya ven, digo lo que pienso. Es más, me pregunto si el concejal responsable de tráfico está realmente capacitado para enfrentarse a su responsabilidad. ¿Lo está?
Se viene solicitando reiteradamente por la población un plan de tráfico, en vista a los muchísimos problemas que se originan con las obras del tranvía, y el PP dice que tiene previsto un plan, pero para cuando las obras terminen. Eso me parece bien, pero mientras eso ocurre, ¿qué hacemos los que tenemos inevitablemente que usar el coche para trabajar?
Esto no tiene ni pies ni cabeza. ¿Saben ustedes cuantas veces se ha cortado la calle Ancha desde el pasado mes de octubre hasta la fecha? Se justificaran diciendo que se rompe una tubería, y que luego se atasca una cañería, etc..., pero lo cierto es que entre averías y cortes por obras civiles, están realmente complicando la vida de las personas que vivimos en el centro de la ciudad. Yo no digo que las calles no se corten, pues eso es inevitable, pero lo que si digo es que detrás de cada corte debería estar el responsable del Ayuntamiento ofreciendo al ciudadano una alternativa válida. No digo ya un plan, sino soluciones puntuales para los problemas de tráfico que a diario se originan en esta ciudad. Me pregunto: ¿Dónde está el concejal responsable? Si yo fuera del PP, pondría a alguien más competente. San Fernando es como una gran rueda que gira sin parar constantemente, impulsada por su propia inercia. A veces tengo la sensación de que nadie controla realmente esta rueda y de que ella va sola a donde quiere. ¿No les parece a ustedes?

miércoles, 18 de febrero de 2009

El mundo de Charles Bukowski


Perderse por el mundo de Charles Bukowski es algo maravillosamente contradictorio, pues aunque te atrae con el poder enigmático de cualquier adicción, te aterra con el pavor de la enfermedad más espantosa.
A veces el escritor cae en el error de creer que no será correctamente entendido y ello le induce a retorcer sus expresiones para construir una retórica pesada y trasnochada que aburre desde la primera línea. Bukowski es todo lo contrario. Su literatura es una mezcla de desparpajo vehemente y de genialidad corrompida, cualidades de la más genuina y vieja escuela norteamericana en la que se conjugan el alcohol, el sexo y las drogas. Él en sí, era su literatura. Su extravagancia, sus incoherencias, su propia existencia, se transforman en novelas tras narrarlas de una forma directa, tanto, que es como si estuviera hablando con el lector en vez de escribiendo para él. Son historias sin un final definido, sin trama. Una consecución de días que van pasando al mismo tiempo que las hojas del libro rellenas de palabras. La novela es su vida, y él es la prosa que compone la novela; su sangre la tinta con la que escribe, y su saliva y su semen, mezclados a veces con cerveza derramada por no tenerse en pie, víctima de una profunda borrachera, conforman su alma.
No cabe en él una narrativa que no sea apasionada e impetuosa. No existen reglas ni tabúes. Todo, absolutamente todo lo humano, está permitido y es digno de ser expresado en la poesía, o en algo que él denomina poesía y que no sé bien si llega a serlo exactamente. La innegable podredumbre de su propia humanidad es un adorno que lo carga de interés. Un interés por lo estrambótico que reflejado en la gran metrópoli, en Londres, París, los Ángeles o Nueva York, fácilmente pasaría por tildarse de arte, y quizás lo fuera, independientemente de la óptica europeísta desde la que filtramos todas las creaciones, y que lamentablemente son barreras invisibles que no nos dejan ver un poco más allá. Barreras invisibles que no notamos en nuestro entorno, pero que existen inevitablemente y que nos coartan, y nos condicionan.
Bukowski está, sin lugar a dudas, un paso más allá. Es capaz de llegar a un lugar para algunos insospechado, un lugar lejano del que ni siquiera habíamos imaginado que podría existir, desde donde se expresa con la libertad del sandio que no conoce reglas, pero que pasó inexorablemente de moda. Está trasnochado, olvidado y enmohecido. Podrido quizás, como le dijera Lidia en Mujeres. Enfermo de un cáncer extraño que sólo él padecía.
Su imagen habla de todo aquello cuanto fue. Abrazado a una mujer de escuálidas piernas, exhibiendo una sonrisa desdentada, despeinado y mal vestido. Él obviamente fue el último maldito, un maldito equivocado que se emperró en morir viviendo. Vivía para morir, y murió viviendo, haciendo gala de su incoherencia vital. Yo creo que nunca amó, ni se preocupó jamás de ser un escritor de renombre, aunque llegara a serlo indiscutiblemente. Lo fue porque era él y nadie puede negar lo que resulta obvio. Ante eso, no caben renuncias ni herencias, ni falsas justificaciones. Ante la fuerza de lo evidente sólo se puede asentir de forma sumisa. Maravilloso estúpido que se murió escribiendo. Legítimo trovador que transformó el rojo de su sangre en el azul de su tinta a base de beber whisky de forma descomunal y escribir novelas y poemas hasta que alcanzó su propio cielo, un lugar donde dios era una puta con bonitas piernas y anchas caderas que se contoneaba al son de la música que unos ignotos negros interpretaban en un paraíso llamado Pub.

lunes, 16 de febrero de 2009

El vino



EL VINO

I

Elixir que eleva el alma
a los ojos de los dioses.
Lugar divino, deseado
donde todos somos uno.


II

Manjar amargo,
alegoría sápida de la vida,
que trago a trago, al ser bebida
nos cala y nos salpica.

III

Quizás filosofía,
de quien a huir eternamente condenado
se dedica,
de su realidad más cotidiana y más absurda.

IV

Fortín,
de acorazado jugo rojo,
que en mi interior es derramado,
para cerrar las puertas de las penas.

V

Instrumento líquido
que potencia en grado sumo el olvido,
activando eficaz la desmemoria,
y aliviando los dolores sufridos.

VI

Amigo de la carne del hombre
a quien distrae, acompaña y reconforta.
Amante de su espíritu
al que eleva a la altura de esplendores.



VII

A veces rojo cereza vivo,
otras blanco pajizo,
color de miel o negro oscuro.
Vinos son
y amigos.

jueves, 12 de febrero de 2009

Corrupción política.

Es lamentable lo que está ocurriendo últimamente en las altas esferas políticas de este país con los casos recientes de espionaje y de corrupción.
Según un informe publicado por la ONG “Transparencia Internacional”, los españoles consideramos que los partidos políticos, con una nota de 3,8 puntos, son las instituciones más corruptas de la sociedad, una opinión que compartimos con los ciudadanos de otros 61 países, que conceden a las organizaciones políticas las peores puntuaciones en la clasificación de estamentos más afectados por los sobornos y el cohecho.
Esta percepción es un gravísimo problema que se debería solucionar radicalmente, porque con independencia del las siglas, la ideología o el color del partido que se trate, se está poniendo en jaque al mismo sistema.
Quizás piense que esto que digo es una exageración, es posible, pero yo estoy convencido de que el problema de la corrupción hace más daño a la sociedad que los efectos de la crisis económica. Y opino así porque estoy convencido de que, tarde o temprano, encontraremos la forma de salir de la crisis, en la medida que nuestros vecinos comunitarios vayan consiguiéndolo también. Obama es un motivo para la esperanza en este sentido, pues su discurso y sus novedosas formas, presagian brillos en un futuro más cercano que lejano, pero nada de esto servirá si quienes nos deben guiar por el camino de la recuperación, en vez de preocuparse por los intereses generales del Estado, se dedican a rellenar sus bolsillos particulares para enriquecerse ilícitamente.
Deben de existir controles efectivos y reales que inspeccionen los incrementos patrimoniales no justificados de cualquier persona, pero especialmente de los políticos, entre otras cosas, porque estos trabajan con dinero público.
Independientemente de todo esto, también debería reforzarse la ley para que castigara fuertemente este tipo de actitudes, pero no de la forma que se suele hacer con los ladrones de guante blanco y que tanto nos indigna, sino con eficacia real, exigiendo responsabilidades penales donde sea justo y necesario.
Hay que poner pie en pared de una vez por todas. La corrupción no puede ser un arma arrojadiza ni un instrumento que ayude a ganar o perder votos. La corrupción, por encima de cualquier ideología, es un cáncer de la sociedad que hay que erradicar.
Este estado de corrupción generalizado que padecemos, lamentablemente no se queda en el ámbito político, sino que se extiende por otros sectores sociales, como los medios de comunicación, que ejercen un amarillismo impropio de una sociedad moderna y democrática como la española. Los partidos políticos y los medios de comunicación son los pilares fundamentales de la democracia, porque son quienes encarnan el papel de identificar, denunciar y debatir sobre los problemas. ¿Qué ocurre si son precisamente estos dos pilares el problema en sí mismo? La sociedad debe cambiar, porque es evidente que tenemos un sistema enfermo. Los medios de comunicación no pueden dar cabida a tanta telebasura, por más rentable que resulte en euros y en audiencia. Con ello sólo se admite la prostitución de la vida íntima de ciudadanos que son mitos populares, a quienes se utilizan como vacunas contra cualquier escándalo, legitimándose cualquier meretricio político o mediático. Nadie se escandaliza ya por nada, y eso evidencia nuestra falta de sensibilidad y de conciencia social contra la corrupción.

martes, 3 de febrero de 2009

BIONDI (Dedicado a Josela Maturana)

El pasado martes acudí a la Fundación Alberti, en El Puerto de Santa María, para asistir a la presentación de un precioso libro de poemas que presentó Josela Maturana, una poeta extraordinadia que busca incansablemente la expresión renovada, haciendo de ello posiblemente su estilo personal de escritura. Sus expresiones son nuevas, profundas, interesantes, y con ellas define una poesía intensa, que aun siendo sencilla a la lectura y a la comprensión, está cargada con el simbolismo espeso de una profunda filosofía de vida. Una poesía que va exornada sutilmente de comnotaciones académicas que elevan su valor.

Josela me ha sorprendido y me ha cautivado con sus poemas.
El libro se titula "Lugares de orfandad" y fue presentado por el también poeta Domingo Faílde.
Sin ninguna otra pretensión que la de homenajear su talento y su sensibilidad, quiero dedicarle un poema en mi blog, de manera sensilla y humildemente.
Poema para la dulce poetisa


Que dulce, Biondí,
derramándose en sus versos,
jugando entre líneas de palabras.

Pero que triste y que sola,
oteando siempre el mundo desde lejos,
queriendo saborear el aire y respirando luz.

Biondí es poesía,
que danza frágilmente entre pasiones,
de sueños oscuros y escondidos,
para ocultar un amor que es anhelado
y no tenido.

Y allí va, montada en sus palabras,
temblando como un junco apunto de quebrarse,
cargada con sus miedos,
soñando.

No afirma ni cuestiona
solo observa, mira y sopesa como sabia.

¿Qué es Biondí, sino una duda?

Quizás sea ella la respuesta.

Ignacio Bermejo