El tiempo es como el viento,
siéntelo pasar
en tu alma, en tu rostro, en tu pelo.
Nos cambia, nos transforma
modelando la escultura que somos
definiéndonos.
Abrázame con fuerza,
apriétame a tu pecho,
mientras la vida pasa
y el tiempo se escapa como agua
entre mis dedos.
Contempla como el tiempo,
a golpes de experiencia
se inventa lo que soy.
Abrázame, mi amor,
abrázame con fuerza,
extiende sobre mí tus brazos como lazos
anclándome a tu cuerpo
y al amor que arde en tus entrañas.
Ayúdame a saltar
de este tren en movimiento,
que quiero escapar, contigo, de este maldito tiempo.
Y déjalo correr,
cargado de triunfos, de cantos y guitarras,
que pase sin reparos, arrugando mi cara
golpeando mi cuerpo hasta doblar mi espalda,
pero quiéreme tu, mientras ocurre,
mientras expiro y muero
mientras calladamente desaparezco,
porque mirarte a la cara,
haciéndote el amor
será escapar de él,
triunfar y hacerme eterno.
Ignacio Bermejo