Estremecido hasta la
emoción incontenible de una lagrima escapada
al ver ese amor inmenso:
El amor que se hace
fuerza,
que se hace fuego,
que se hace ofrenda…
Estremecido hasta la
emoción incontenible de una respiración cortada
que punza el corazón
que late.
La vida se hace plato
y lo humilde se hace
grande,
lo más grande entre
una madre y un hijo,
Nada es lo que es.
Siéntate a su mesa,
amigo
y comulga,
que a veces las
Moiras
juegan con hilos
blancos, dorados y negros
sin contarlos
riéndose de ti.
1 comentario:
Lo que una madre pone en la mesa, solo quien atiende puede comprender.
Un saludo
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