INTERVENCION POR LOS DIFUNTOS
ACTO DEL CARGADOR DISTINGUIDO 2019
Dicen que Dios es la sustancia que todo lo forma, que todo lo
une, que en Él estamos inmersos como
atributos, integrando parte de un todo al que pertenecemos de manera
irrenunciable y del que no podemos separarnos, porque todos formamos parte de
Él. Sustancia universal que todo lo abarca, que todo lo inunda y lo llena, que
todo lo puede y lo conquista, que todo lo vence y lo convence, concepto que
explica todo lo conocido y lo desconocido, todo lo pasado, presente y futuro,
todo lo que está y lo que no está, todo lo que es y no es.
En este sentido, y a modo de oración a
ese Dios de la Unidad yo digo:
“Non nobis
Domine, non nobis, sed Nomini Tuo da Gloriam!” oración con la que rezaban a diario los
soldados pobres de Cristo, del Templo de
Salomón, de Jerusalén, o lo que es lo
mismo, los Caballeros Templarios de los que en nuestra
Hermandad ha adoptado su Cruz de San Juan que tan orgullosamente lucimos en
nuestra indumentaria procesional. Cruz roja bordada de ocho puntas, que relucen
como lo hacen las ocho bienaventuranzas, y que en este momento quieren
representar igualmente a los ocho cargadores que este año han fallecido:
Pedro Placido Jiménez, Perico el Perro, Cargador Distinguido 2012.
Luis Sánchez Ordoñez, capataz de Cristo Rey.
José Miguel Petralanda Muñiz, el Petra.
Andrés Sánchez Marín, el Policía.
Sebastián Rosales Piñero.
José María Gil Ruano, el Capacha.
Antonio Valverde Muñoz.
Y Agustín Sabao Moreno.
Ocho cargadores que, como aquellos soldados
de Cristo, con su particular manera de vivir la fe bajo los pasos, cargando con
la maera,
también dieron testimonio y rezaron el conocido Salmo 113:9: “No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a
tu nombre da la gloria, por tu bondad, por tu lealtad” Así murieron quienes donaron el sacrificio de
la carga durante toda sus vidas, como una oración en el dolor, queriendo
representar en su sufrimiento la inmolación de Cristo.
Que ese Dios Absoluto, que ese Dios del
Amor, los haya acogido por siempre en su gloria.
Descansen en paz.
Ignacio Bermejo Martinez
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