miércoles, 22 de mayo de 2013

La danza de los pérfidos


Desencantado existo
soportando el ritmo del progresar cruento
de panderetas, marionetas y  lenguas de perfidos
que lamen la sangre de la tierra yerta
que desahuciaron del huerto.

Enojado respiro
el aliento  envenenado y embustero
del yo como bandera
que enarbolan esos necios.

Y a pesar de todo vivo,
procurándome el sustento
con mi cabeza alta, bien alta,
sin agitar el plumero
de la indignidad vergonzante
que lucen esos perros. 

Ignacio Bermejo Martinez. 

1 comentario:

Pilar Abalorios dijo...

La dignidad humilde, un tesoro escaso