La revolución de la
hojalata.
Ya hace tiempo que lo venía
sospechando, y es que aquellos que tanto brillaban bajo el sol de la admiración
y el reconocimiento de muchos por sus teorías sobre la política de diseño, de
escaparate y de paripé, estaban radicalmente equivocados, y han dejado de manifiesto que no eran tan
inteligentes como parecían, ni como nos hicieron ver y creer.
Brillaban porque eran de hojalata, no oro, sino hojalata, simple y
barata hojalata, de la que se oxida a la primera de cambio, falso metal, la que
termina ineludiblemente en el cubo de la basura, y hacia allí apuntan muchos de
esos eruditos, hacia el cubo de la basura, y si no al tiempo, porque esto es
una revolución a medio plazo que acaba de empezar.
Cansado estoy de
leer tantísimas interpretaciones sobre el resultado de las ultimas europeas.
Casi todos parece encontrar en la voluntad del pueblo, manifestada el pasado
domingo en las urnas, un mensaje
subliminal que reclama cosas, que pide cosas, que en definitiva exige un cambio
en la política.
En mi partido de hecho, el PSOE, ya hay quien ha manifestado que se quita de en medio, asumiendo
esos cambios, y me parece bien, muy bien.
No obstante, lo que yo creo que está pidiendo la gente, es que se vayan
todos esos políticos con corazón de hojalata que han demostrado que no sirven
para nada, esos engordados a la sazón
del ego hipócrita de quienes los rodean como corte de pelotas, los que
sólo dicen lo que tienen que decir, sin ni siquiera parar un instante a pensar
qué están diciendo. Es posible que ni siquiera lo sepan. Me temo que ni
siquiera saben la repercusión de sus
palabras y de sus decisiones sobre de personas que, de tanto sacrificio
impuesto, lo están pasando realmente mal.
Eso es lo que yo he entendido, que la gente ha dicho “¡Basta ya!” y que
no está dispuesta a continuar con el juego del mangoneo, la corrupción y la
injusticia.
Pero aunque parezca mentira, hay quien parece no
haberse enterado “España ha superado el bache", dicen los del FMI, según la evaluación anual de la situación de
la economía, dejando patente de que no tienen ni puta idea de cómo está
España. ¿España bien? ¿Y qué pasa con el riesgo de pobreza
infantil? ¿Qué pasa con los miles y miles de parados, especialmente los más
jóvenes? ¿Qué pasa con todos esos que están viviendo de caridad, a costa de
familiares que los amparan, porque no tienen ni donde caerse muertos? ¿Qué España ha superado el bache? Vergüenza me da que sigan diciendo eso. O no
tienen conciencia, o simplemente son unos mal nacidos.
Que se dejen de contarnos milongas, que no nos engañen
más, que dejen de una puñetera vez de engordar sus egos y se dediquen de verdad a arreglar los
problemas del pueblo.
Señoras y señores, la revolución ha comenzado, y o se
enteran los que mandan, o al cubo de la basura. Me gusta. Que se lo digan
a Pablo Iglesias si no. No al de antes, al de ahora.
Ignacio Bermejo Martínez
1 comentario:
Todita la razón, así sin cambiar una coma.
Los que quieran ver, que vean.
Un abrazo
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