Existen estudios que demuestran
que la violencia de género casi siempre, o siempre va unida a un fuerte vínculo
afectivo. En las primeras fases de esta, una de las principales razones para
que la víctima permanezca con el agresor es la existencia de ese vínculo
afectivo junto a la ilusión de creer que la violencia no se va a repetir, pero
debemos saber que existen Indicadores para detectar si se va a producir una
conducta que terminara siendo violenta.
Si observamos que un chico controla
lo que hace la chica, le exige explicaciones por todo y pretende conocer hasta
sus pensamientos. Si conocemos a un chico que no quiere que su pareja tenga
secretos para él, que es celoso de manera exagerada, y la vigila de manera
permanente, la crítica o intenta que cambie su manera de vestir, de peinarse,
de maquillarse o, simplemente que cambie de forma de hablar o comportarse. Alguien
que la suele dejar plantada en salidas o reuniones, sin dar explicaciones ni
aclarar los motivos de su reacción. Que la culpa a ella de todo lo que ocurre y
la convence de que es así, dando vuelta a las cosas hasta que consigue
confundirla o dejarla cansada e impotente. Tan seguro de sí que nunca le pide
disculpas por nada, que siempre Impone sus reglas, (especialmente días,
horarios, tipos de salidas, etc.) de acuerdo con su exclusiva conveniencia. Que
la amenaza con abandonarla si no hace todo lo que él desea, o Induce
pensamientos de lástima al justificarse o insistir con su vida desdichada
culpando a sus padres. Un joven que recibe cariños, mimos y atenciones, pero
nunca los devuelve, y que pretende que lo acepten tal cual es y la acusa a ella
de “castradora” o posesiva si ella hace alguna observación sobre sus actitudes
y que nunca aprueba ni estimula de manera auténtica actos o cualidades, que se
ofende rápido y cree que los demás andan detrás de lo que hace. Que es seductor
y simpático con todo el mundo, pero a ella la trata con crueldad, o siempre le
está prometiendo que va a cambiar sus defectos o sus adicciones, debemos
entender o sospechar que estamos ante un posible problema de violencia de
género. Son pequeñas luces rojas a las que la sociedad debería estar atenta,
para denunciar y corregir antes de males mayores, especialmente familiares,
amigos, conocidos, la gente cercana con quien la pareja convive a diario,
porque por lo general él nunca cumple, pero sigue insistiendo en que lo hará. Se
burlará, y hablará de forma grosera o con desprecio acerca de las mujeres en
general. Exagerará sus defectos haciéndola sentir culpable y descalificada. La
acusará injustamente de coquetear, salir o verse con otros hombres. Indicadores
para detectar si existe una conducta que terminará por descubrir que la chica a
la que conocemos está sufriendo una relación con un amigo especial o de pareja
abusiva.
No estaría de más, si la chica es
tu hija, tu hermana, o alguien muy cercana, observar si se comporta de alguna de estas
formas: Si una chica empieza a relacionarse con chicos, si hay alguno un poco
más especial e inicia una relación amorosa, es conveniente estar pendiente a su
comportamiento para ver cómo influye esta relación en su vida cotidiana. Si la
relación es con un posible agresor, la violencia no tarda mucho en aparecer. En
un principio la víctima cree que podrá controlarla. En esta primera fase la
violencia suele ser de menor frecuencia y gravedad que en fases posteriores. A
veces comienza como abuso emocional, coaccionando para llevar a cabo acciones
que no se desean, obligando a romper todos los vínculos que la víctima tenía
antes de iniciar la relación (con amigas, trabajo, incluso con la propia
familia de origen…), y lesionando gravemente su autoestima cuando no se
conforma al más mínimo deseo del abusador. La chica que lo sufre intenta
acomodarse a los deseos de él para evitar las agresiones, que suelen hacerse
cada vez más graves y frecuentes, llegando a sufrirlas incluso el castigo físico.
Si la chica ha modificado su
comportamiento, ha dejado de ser la chica espontánea y comunicativa de antes, ha
cambiado su forma de vestir, deja de arreglarse. Si la oyes diciendo que los celos son una forma de amor, a modo de
justificación, y no se da cuenta que está
sufriendo un cierto acoso y de que la están manipulando emocionalmente, deberíamos de
alguna manera inteligente intervenir en esa relación, para evitar males mayores
futiros. Debemos estar atentos y observar si ella está más callada, deja de
frecuentar a sus amigas de siempre. Deja
de participar en eventos familiares poniendo escusas tontas. Si nos damos
cuenta de que ella tiene cambios de humor repentinos sin motivo aparente,
discute en exceso con su madre, tiene
con frecuencia alguna marca o moratón y ella dice que se ha caído. Si
detectamos que ante cualquier opinión de una amiga o hermana, sobre él, se pone
a la defensiva. Si está asustada o de
mal humor, sería bueno empezar a abrir los ojos y actuar, porque es muy
probable que estemos asistiendo a un episodio de violencia de género, y debemos
entender que en cierta forma, en esos primeros momentos, nosotros también somos
responsables.
Ignacio Bermejo
Martinez
1 comentario:
Tenemos que ser valientes y abrir los ojos, es el único modo de poder convertirnos en refugio.
Impecable análisis
Un saludo
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