jueves, 12 de julio de 2007

Al Relente

Bonito nombre para una caseta de feria, ¿no les parece? Pues esa es la mía, Al Relente, una caseta que ha surgido de la buena voluntad, y mejor idea, de un grupo de personas que han pensado que la gente también se puede agrupar para pasárselo bien y disfrutar, y así lo han hecho, congregando a un total de 42 parejas que nos vimos por primera vez el pasado miércoles 11, día del alumbrado, bajo los toldos de la susodicha, y en torno a unas mesas donde cenamos, en un magnífico ambiente de confraternidad.
Que yo recuerde, es la primera vez en toda mi vida que haya cenado en la feria a mesa y mantel, como si se tratara de un restaurante de cuatro tenedores. Allí nos dimos cita aquel grupo variopinto de personas, algunas conocidas, otras no, detalle en absoluto importante, pues todos acudimos con el único fin de pasárnoslo lo mejor posible. Las mesas ataviadas con elegancia, el menú excelente, y tras la cena, una brillante transformación de la caseta en pista de baile, no tan improvisada como a priori se pudiera pensar, y donde todos nos divertimos haciendo cada cual lo que podía. Hasta mi amigo Antonio bailó, algo que para mí era impensable, dado su empaque de abogado formal y serio. (Por cierto, magnífica forma de bailar las sevillanas al estilo de la chica Yeye)
Para eso es la feria, para que nos olvidemos por unos días de las preocupaciones con las que cargamos el resto del año y divertirnos en compañía de la gente a la que apreciamos y con quienes disfrutamos compartiendo el tiempo, la conversación, y una buena copa.
Esta iniciativa de formar un grupo para montar una caseta me parece genial, una idea muy acertada, entre otras cosas, porque a diferencia de lo que les suceden a muchas casetas donde estaban cazando moscas, en ésta la gente reía, bailaba, charlaba y se divertía porque estaba cargada de sentido y de motivación, repleta hasta la bola, rebosante de alegría.
Es bueno que existan personas que se animen y se movilicen con el único fin de llevar a buen término iniciativas como éstas. Cierto es que para ello es necesario ser medianamente generoso y tener muy buen humor, como parecen tener los que han asumido la cabecera de “Al Relente”, una junta directiva que se ha encargado de todos los detalles, con el único fin de hacer posible que el resto disfrutara en el recinto ferial sin preocuparse de nada. Desde aquí les doy las gracias a todos ellos, y a quienes contaron conmigo para incluirme en esa afortunada lista de las 42 parejas, y les insto a que repitan el año próximo, o que no esperen tanto y nos llamen por Navidad, carnavales o cualquier otra circunstancia que pueda justificar un reencuentro de amigos para pasárselo bien. No obstante, si repiten, que cuenten conmigo. Yo me apunto de antemano.
Esta es una idea que les propongo a todos. Olviden alguna que otra vez esas malditas defensas que usan para separarse de la gente. Bajen las barreras y descóquense. Atrévanse a dar un primer paso para acercarse a su vecino, a un compañero de trabajo, a ése hermano o ése cuñado con el que no habla desde hace meses, y propóngale juntarse para pasárselo bien. ¿No les merece la pena? ¿Acaso no merecen ser felices?
No se trata de poder adquisitivo, ni de clases sociales. No es dinero. Sólo se trata de esforzarse en buscar la felicidad, y ésta, generalmente se encuentra en la convivencia con nuestros semejantes, para quienes debemos estar siempre abiertos y en constante disposición de compartir. No todo va a ser lágrimas en este valle. Sonría, beba, baile, cante, toque las palmas y la guitarra, si es que sabe. Sea feliz, ¡hombre!, porque al final, aquí vamos a estar dos días, y uno está nublado. FELIZ FERIA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ole, ole y oleeeee!, y el que no diga ole que se le seque la yerbabuena.
¿Que arte, chiquillo!