Ventana de cristales transparentes
con horizontes distintos.
Árboles que presagian el dulzor de la fruta deseada.
Latido y silencio de la vida que no espera,
del tiempo que se marcha
que se va sin dar respuesta.
Palabras que se tornan
en manos que acarician
y en corazón que sueña.
La magia del momento,
mil veces renacida, mil veces rota,
como la vida misma.
Como la vida misma
que no cesa,
y ofrece los momentos,
las ventanas sin cristales,
el fruto fresco,
el tiempo evaporado,
la magia,
el sueño.
©Ignacio Bermejo
2 comentarios:
La vida misma!! Aprovechemos los momentos y no cerremos esas ventanas para seguir soñando.
Besote Ignacio
Has sabido describir bien el vivir, el momento q se repite a través de los siglos.
"Palabras que se tornan
en manos que acarician
y en corazón que sueña"
Bellas tus imágenes.
Saludos cordiales, pasa feliz semana.
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