viernes, 22 de julio de 2011

La buena estrella


Ventana de cristales transparentes
con horizontes distintos.
Árboles que presagian el dulzor de la fruta deseada.

Latido y silencio de la vida que no espera,
del tiempo que se marcha
que se va sin dar respuesta.

Palabras que se tornan
en manos que acarician
y en corazón que sueña.

La magia del momento,
mil veces renacida, mil veces rota,
como la vida misma.

Como la vida misma
que no cesa,
y ofrece los momentos,
las ventanas sin cristales,
el fruto fresco,
el tiempo evaporado,
la magia,
el sueño.

©Ignacio Bermejo

2 comentarios:

Extractos de alguna vez dijo...

La vida misma!! Aprovechemos los momentos y no cerremos esas ventanas para seguir soñando.

Besote Ignacio

Aurora dijo...

Has sabido describir bien el vivir, el momento q se repite a través de los siglos.

"Palabras que se tornan
en manos que acarician
y en corazón que sueña"

Bellas tus imágenes.
Saludos cordiales, pasa feliz semana.